El proyecto de la identidad personal: ¿cómo somos lo que somos?

¿Cómo llegamos a saber cómo somos, qué clase de persona somos? Normalmente solemos plantearnos la pregunta que guía nuestra reflexión cuando experimentamos una crisis de identidad. Esto es así porque en realidad ése es el problema que subyace en el fondo de la pregunta que nos hacemos con angustia: si en lo que cada uno somos se incluye lo que los demás piensan de nosotros, ¿cómo diferenciarnos del resto? Si todos somos semejantes porque todos manejamos los mismos modelos de conducta, ¿dónde se encuentra el espacio necesario para que pueda surgir algo propio? Debemos ser capaces de juzgarnos críticamente a nosotros mismos; entonces seremos capaces de tener conciencia acerca de lo que somos en mayor parte. Pero para completar esa conciencia debemos contra-reflejarnos con el resto de la comunidad para comprobar si nuestros juicios han sido adecuados o no.

Leer Artículo →

El valor moral de la promesa. La defensa nietzscheana del hombre autónomo (II)

Con su término «inmoralista» Nietzsche se opone a la moral, pero a la moral contraria a la vida, a la moral que está destinada a empobrecer al hombre; y lo hace porque, a través de la genealogía, ha descubierto que existe una condición metafísica que posibilita otro tipo de moral, ha descubierto la voluntad de poder afirmativa del noble, a partir de la cual puede surgir un nuevo ideal: el hombre autónomo, el superhombre.

Leer Artículo →

La voluntad de poder como herramienta de crítica moral. La defensa nietzscheana del hombre autónomo (I)

Es por todos conocida la clasificación normal o tradicional de Nietzsche dentro de los filósofos amorales o inmoralistas que niegan todo tipo de moral, ya lo hagan a través de una negación total de ésta o de una relativización absoluta de su validez. Y, en verdad, es completamente cierto que Nietzsche se refiere a sí mismo en múltiples ocasiones como inmoralista en oposición al modo como la moral ha sido comprendida hasta ahora.
Pero esto dista mucho de significar para él una oposición radical con respecto a todo tipo de moral. Justamente su descubrimiento más radical, y al que Nietzsche le dará más importancia, es el de la moral cristiana como «tipo», esto es, no como moral en sí; y ello, justamente para señalarnos con el dedo algo que está más allá de esa moral – no ésta, sino otra moral, otros valores, otra forma de valorar, otra mirada estimativa, otra sensibilidad: el superhombre, el hombre autónomo.

Leer Artículo →